jueves, 18 de agosto de 2011

Slow food

No soy muy chocolatera pero, en determinados días del mes, algo me pasa que no puedo resistirme a sucumbir ante ellos: los donetes. 

Me suelen apetecer a media tarde. Me sobreviene una especie de ansia incontrolable y como normalmente estoy trabajando, aprovecho el par de minutos entre paciente y paciente para correr a la panadería de la esquina y hacerme con un paquetito. Y ¿qué ocurre? Que nada mas tenerlos en mis manos lo abro y de camino al centro ya me como el primero... mmm! 



Con suerte mi paciente se retrasa un par de minutos, por lo que, mientras aprovecho para mirar el correo, me como el siguiente, y si me da tiempo, voy preparando la camilla con otro en la boca... A lo tonto me como el paquete casi entero de una sentada. Dejo dos o tres más que nada para acallar mi conciencia por dejar entrar en mi cuerpo tanta grasuza. Y de nuevo, ¿qué ocurre? Que estoy deseando tener otro momento libre para comerme los que quedan... ¡¿Cómo es posible que no me sacie un paquete entero de donetes?!

Muy fácil, me los como SIN DARME CUENTA, es decir, sin CONCIENCIA. (Sí, soy una inconsciente por comerme un paquete entero de golpe, menudo empacho, pero no me refiero a eso, ya lo sabéis).

Hace tiempo tuve la oportunidad de asistir a un taller de Eutonía (pinchad en la palabra para acceder a la definición). Por aquel entonces había oido hablar poco de globalidad y de conciencia corporal. Tan sólo tenía unas fotocopias con monigotes en distintas posturas y sabía que la eutonía era algo así como "una relajación consciente", es decir, ni idea.

Me encantó el taller. En él nos hablaron precisamente sobre esta situación de apetecernos realmente algo pero, por cumplir esa apetencia justo en ese momento, nos lo comemos mientras estamos haciendo otras cosas, con lo cual, en nuestra conciencia no queda el habernoslo comido. Al final, esa vivencia es como si no hubiese existido y nos seguirán apeteciendo más y más donetes... (qué peligro...)

Recomendaban que, si algo te apetece mucho mucho mucho, estés siguiendo una dieta o no, permítetelo, pero si ves que ese momento no es el mejor, acepta que lo quieres, acepta que lo vas a tener, pero dejalo para un momento en el que lo puedas comer de forma CONSCIENTE. Lo disfrutarás mucho más y quedarás saciad@.

De nuevo una experiencia:

LEELO TODO ANTES DE HACERLO, para que de verdad sea una experiencia consciente.





Coge algo que te apetezca comer en este momento (Si no puedes ahora, deja la experiencia para cuando puedas).
Con los ojos cerrados toca lo que vas a comer. Siente qué forma tiene, su textura, siente la temperatura, su dureza, su peso...
Manteniendo los ojos cerrados acércatelo a la naríz y huelelo. Intenta diferenciar si es dulce, salado, amargo, ácido, si huele mucho, si no huele nada, si te evoca algún recuerdo... (puede que en este paso ya estés salivando, jeje).
Ahora abre los ojos. Observa la forma, el color, el tamaño, el brillo...
Y ahora vuelve a cerrar los ojos y dale un mordisco. Escucha cómo suena. 
Siente si está duro, o más bien blando. 
Saborealo, ¿es dulce, salado, ácido, amargo? Siente cómo el sabor envuelve tu boca, como los trocitos se van esparciendo dentro de ella. Siente si es algo suave, que se deshace fácilmente, o sin embargo si es algo más duro, que tendrás que masticar más. Intenta diferenciar la piel, si la tiene. Compara si hay zonas con distintos sabores... Trágatelo sólo cuando lo hayas saboreado bien y disfrutado cada sensación.

Repite con otro mordisco y disfruta de esas sensaciones mientras lo terminas.

¿Habías comido de esta forma alguna vez? ¿Te ha gustado más o menos que otras veces que has comido? Si quieres, compártelo en los comentarios! :-)



Para terminar, os dejo un enlace que ha compartido conmigo mi querida amiga Vanessa acerca del Movimiento Slow Food, que aboga por una vuelta a la calma y al placer a la hora de comer, frente al fast-food, y por el uso de alimentos cultivados de forma tradicional (también de manera "slow")

¡Entrad y echad un vistazo porque es muy interesante!


Hasta el próximo post y de nuevo ¡gracias por tu lectura!

3 comentarios:

  1. Se me ha olvidado comentar que además del CÓMO, también hablaré, o buscaré alguien que nos hable, del QUÉ, de la alimentación consciente en cuanto a calidad y tipos de alimentos.

    ResponderEliminar
  2. Hoy, la nectarina, me supo diferente...

    Al hilo del QUÉ, me he acordado de un reportaje que vi sobre la cocina Km 0. Consiste en un tipo de gastronomía que llevan a cabo algunos chefs que apuestan por un respeto medioambiental y una alimentación ecológica.

    En estos restaurantes se sirven alimentos que vienen directamente de productores que se encuentran a menos de 100 Km. De ahí su calidad y su frescura.
    Es cierto que son en su mayoría restaurantes del norte, y que su precio es elevado, pero la idea del consumo ecológico en nuestra dieta me parece muy a tener en cuenta.
    Día a día, lo podemos intentar nosotros, y, de vez en cuando...un caprichito de estrella michelin nunca viene mal... jejee....

    Estela (compi fisio)

    ResponderEliminar
  3. Estelita, te va a tocar escribirnos algo a tí también así que vete pensando... ;-)

    ResponderEliminar

Vistas de página la semana pasada